INDEFENSIÓN APRENDIDA

 


¿Por qué aprendemos a no defendernos?

Overmier y Seligman en 1967 desarrollaron el fenómeno "Indefensión Aprendida" (Learned Helplessness) a raíz de sus investigaciones de laboratorio sobre el condicionamiento al miedo en perros. Estos investigadores encontraron que los animales, habiendo sido expuestos a situaciones inevitables de descargas eléctricas en experimentos previos, al ser posteriormente sometidos a condiciones experimentales aversivas, pero sí evitables, generalizaban su sentido de incapacidad, aceptando pasivamente la situación aversiva. 

Una década después, estas investigaciones se adaptaron a condiciones de laboratorio para humanos, los experimentos de Glass y Singer en 1972; Hiroto y Seligman en 1975, demostraron que el fenómeno de indefensión se produce también en las personas, aprendiendo a no defenderse ante estímulos negativos. Concluyendo que el ser humano generaliza los síntomas previos de indefensión a otras situaciones difíciles en la vida. Es un aprendizaje del comportamiento pasivo que, evitando experiencias negativas y apoyándose en recompensas fácilmente positivas, genera retraimiento, falta de motivación, desesperanza, problemas de autoestima e incluso puede derivar en un trastorno depresivo.

 





Referencias:

Overmier, J. B. y Seligman, M. E. (1967). Efectos del choque inevitable sobre las respuestas subsiguientes de escape y evitación. Revista de Psicología Comparada y Fisiológica, 63 (1), 28-33. https://doi.org/10.1037/h0024166

Glass, D. C., & Singer, J. E. (1972). Urban stress: Experiments on noise and social stressors. New York: Academic Press.

Hiroto, DS, y Seligman, ME (1975). Generalidad de la indefensión aprendida en el ser humano. Revista de Personalidad y Psicología Social, 31 (2), 311–327. https://doi.org/10.1037/h0076270